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La lata es un envase ligero, práctico e irrompible que protege perfectamente el producto y su sabor.

Los formatos de caja son múltiples, se adaptan a todo tipo de bebidas o marcas, en diferentes momentos de consumo y a diferentes objetivos.

La primera lata de cerveza comercial

Aunque hubo intentos de envasar bebidas en lata desde principios del siglo XX, hasta 1935 no apareció la primera lata de cerveza comercial, de la mano de Krueger, pequeña cervecería de Newark, y los primeros refrescos en lata tardaron casi veinticinco años más (hasta 1958).

El verdadero despegue de la lata de bebidas

La tapa de apertura fácil, diseño de Ernie Fraze  en 1960, marcó el verdadero despegue de la lata de bebidas como producto de gran consumo, coincidiendo casi en el tiempo (1964) con el paso de la lata soldada de tres piezas (lateral, tapa y base) a la de dos piezas (cuerpo embutido y tapa con cierre mecánico)

La lata de bebidas en España

En los 60, aparece en España la primera cerveza en lata: Skol International Lager, producida por Cervezas Cruz Blanca, establecida en Breda (Gerona), bajo licencia de Ind. Coope Ltd. En 1980 se inaugura en España la primera fábrica de latas de bebidas de acero, en Valdemorillo (Madrid), y en 1992 arranca la primera fábrica de latas de bebidas de aluminio en La Selva del Camp (Tarragona).

La primera cerveza en lata Espanola
La primera cerveza en lata en España

Otros desarrollos relevantes han sido la anilla que no se desprende de la tapa (stay-on tab), la habitual en la mayor parte de las latas comerciales, las latas con forma, que han encontrado su ámbito de aplicación preferente en las cervezas premium y especiales, y en los tiempos más recientes la mayor parte de los avances visibles se encuentran en las técnicas de impresión que permiten disponer de decoraciones de calidad fotográfica.

En paralelo con los desarrollos más visibles que puede apreciar el consumidor, el desarrollo tecnológico más importante ha tenido lugar en la reducción de peso y espesor tanto en las latas de acero como en las de aluminio, que hacen de la lata actual uno de los productos más ligeros del mercado para bebidas. Esa reducción de peso ha sido del orden del 50% en los aproximadamente cincuenta años que se llevan fabricando latas de bebidas en España.

Las latas de bebidas tienen innumerables ventajas: en primer lugar son el envase más ligero del mercado para bebidas carbónicas (con gas). Su diseño las hace fácilmente apilables, con lo que también constituyen la manera más eficaz de transportar bebidas envasadas en el rango de tamaños en que se utilizan.

Debido a ser materiales metálicos transmiten el calor más rápidamente, es decir, también son los envases que más rápido enfrían las bebidas.

La estanqueidad absoluta hace que las bebidas se conserven más tiempo que en otros formatos de envases (el período antes de la caducidad es más largo) característica que permite en algunas bebidas especialmente sensibles, como por ejemplo las cervezas artesanales, que conserven mejor los aromas, y por otra parte al ser absolutamente opacas, no dejan pasar la luz y por tanto las bebidas duran más en perfectas condiciones. En ese sentido presentan indudables ventajas frente a envases completamente o parcialmente transparentes, que sí dejan pasar la luz y en muchos casos obligan a ser oscurecidos artificialmente.

Las latas de bebidas se fabrican indistintamente de acero o de aluminio. Ambos metales son materiales permanentes que pueden reciclarse de modo indefinido, sin pérdida de calidad, para fabricar tanto los mismos productos como productos distintos por lo que a diferencia de otros materiales, con lo que sólo puede volverse a fabricar lo mismo, el reciclado en ciclo cerrado no es imprescindible ni especialmente relevante.

Lo más importante es que el producto, una vez terminada su vida útil, se recupere para aprovechar el material como materia prima con los ahorros consiguientes. Los envases metálicos usados se separan magnéticamente del resto de modo automático, lo que simplifica y abarata extraordinariamente el proceso de selección.

Cómo se fabrican las latas de bebidas

La fabricación de las latas de bebidas se lleva  a cabo mediante un proceso de muy alta tecnología, capaz de producir en las líneas de producción más modernas dos millones de latas al día. Para llegar a esa capacidad y velocidad ha sido preciso disponer de unos materiales con unas propiedades mecánicas excepcionales, y una maquinaria de muy alta precisión, tanto para la fabricación de la lata como para su control posterior, dotada de un grado de automatizción prácticamente total. Las etapas que se describen a continuación son un resumen de los innumerables procesos que tienen lugar desde que entra la materia prima hasta que sale la lata terminada, lista para llenar con tu refresco o cerveza preferidos.

El material de partida es una banda de acero o bien de aluminio, que se recibe en forma de rollo, con una anchura de hasta 2 metros y una longitud de entre 4000 y 8000 metros.

Las características mecánicas, las medidas y muy especialmente el espesor de esta lámina, así como su calidad superficial, se establecen de acuerdo entre el fabricante del acero o del aluminio y el fabricante de latas sobre la base de unas especificaciones técnicas muy estrictas.

Estas son las etapas básicas del proceso.

Troquelado y embutición

La banda se hace pasar por una prensa, que obtiene en una sola operación unos discos de metal y les da forma de platos o copas cilíndricas. En cada golpe de la prensa se producen xxx de estas copas.

Las copas así obtenidas se llevan sobre una cinta transportadora magnética (para la hojalata) o de vacío (para el aluminio) hasta la etapa siguiente.

Conformado y estirado

La copa se hace pasar por una serie de matrices, que la van conformando y estirando. En esta etapa la lata alcanza el diámetro final y se forma el fondo abovedado característico, también con sus medidas finales. Es decir, después de esta etapa la lata ya tiene el fondo y el diámetro que tendrá cuando la compramos en una máquina de vending o en un supermercado, pero no su altura final, ya que en el proceso de estirado se crea un borde ligeramente ondulado. Esto se debe a una característica de los metales llamada anisotropía, por la cual no se deforman exactamente lo mismo en cualquier dirección.

Corte

Así pues es preciso una etapa de corte, en la que se le da a la lata la altura necesaria para pasar a las siguientes etapas, suprimiendo las ondulaciones u orejas.

Lacado exterior e interior

Esta etapa tiene un doble fin: recubrir la lata de una laca protectora, y preparar la superficie para la impresión de la marca y cualquier otra información legal o comercial necesaria para su venta. Se realiza en primer lugar mediante la atomización de una laca sobre la superficie exterior, con una segunda etapa sobre el interior posterior a la impresión. En todo el proceso de lacado e impresión sólo se emplean lacas solubles en agua.

Impresión

La impresión se realiza de un modo muy parecido a como se imprime una revista, mediante una máquina rotativa; la diferencia es que la superficie de impresión es cilíndrica en lugar de plana. En esta etapa se pueden aplicar  hasta seis colores.

Secado y curado

Una vez impresa la lata es preciso pasarla por una etapa de secado y curado (curado es el proceso por el que la capa impresa adquiere estabilidad y resistencia al roce), lo que se hace en una estufa a una temperatura de unos    XX grados durante XX   tiempo.

Formación del cuello

La parte superior de la lata tiene un diámetro menor que el cuerpo; para ello es precisa una nueva operación de conformación llamada formación de cuello (necking), que se realiza sobre la lata impresa, mediante unos rodillos específicos.

A continuación, produce la formación de un reborde hacia el exterior mediante un abocardado (como se muestra exageradamente en la figura).

Esta es la forma necesaria para encajar la tapa, una vez llena la lata.

Con todas estas operaciones la lata alcanza su forma final, y está lista para su envío al envasador (el fabricante del refresco o de la cerveza). Esto se hace en grandes palets, en los que las filas de latas van separadas por separadores (layer pads) de cartón liso o plástico.

Como se imprimen las latas de bebidas

La impresión de las latas de bebidas forma parte del proceso integral de fabricación: se lleva a cabo una vez terminado el estirado del cuerpo y antes de formar el estrechamiento que servirá para acomodar la tapa (formación de cuello y abocardado) Es decir:  no se fabrica el envase y después se decora.

impresora

A diferencia de la impresión offset que se emplea habitualmente para el papel, en las latas de bebidas se utilizan impresoras de varios colores (no se van superponiendo los colores CMYK) donde cada color es el color final de la decoración. Desde estos tambores que contienen las tinats de cada color las distintas partes del dibujo se transfieren a une elemento de transición llamado mantilla, que a su vez transfiere  a las latas en un solo golpe toda la decoración.

Para una parte por ahora muy pequeña de las latas – como ocurre en el caso de cervezas artesanales con una producción mucho menor que las latas normales de las grandes marcas, y algunas bebidas personalizadas - hay otras posibilidades de decoración tales como la adición de etiquetas retráctiles (sleeve) e incluso procedimientos offset, que a diferencia del método standard se llevan a cabo sobre latas llenas anónimas (es decir se llena la lata sin imprimir, se cierra y después se aplica el etiquetado). Siendo aún minoritario, el auge de la cerveza artesanal en lata está dando lugar a diversos desarrollos específicos para este sector que no para de crecer.